Haciendo recuento del año, estamos felices y agradecidos/as de haber viajado, como le gusta a la Comunidad Luz de Chile, pero viajes virtuales, por seguridad pandémica. Para caminar en “compañía” hemos volado al encuentro con otros grupos de la Red Laical, al igual que el año pasado.
El 2020 llegamos a Paraguay, Argentina, Brasil, Colombia y Chile; a España, Bolivia y también Chile 2021. Así hemos hecho vida la “visitación de María” y la amistad, que nos proponía Juana de Lestonnac, para compartir la oración y la fragilidad sanitaria que hemos vivido. El aterrizaje en España/Lérida, con el grupo “Terra Ferma” nos reportó la escucha mutua, la acogida y la oración por el camino de Red. En el vuelo a Bolivia-Cochabamba, donde compartimos con las religiosas, incluida la hermana Adriana que estaba de visita, conocimos la misión y la alegría de tener 2 integrantes nuevas en esta comunidad, ya que el trabajo demanda más manos para tender y atender. De vuelta en Chile, nos reunimos con parte del Equipo Provincial del Cono Sur. Gracias a una conversación generosa y profunda conocimos de la vocación religiosa y de la entrega a Dios por el reino.
Bajándonos del avión virtual, y a casi 2 años sin vernos presencialmente, nos encontramos en Viña del Mar, para compartir como comunidad Luz, junto a la hermana Josefina, que acompaña nuestro caminar, y a Rocío Ramírez, que ha sido integrante de la Red Laical en Colombia, quien está viviendo en Chile. Fue un fin de semana bendecido, de mucha conversación, abrazos, recreación y oración. Con estos viajes, y a 100 años de la Primera Unión de las Casas, constatamos la unión entre los grupos de la Red y entre éstos y las religiosas, sintiéndonos un solo cuerpo. “El futuro lo seguimos tejiendo, desde la interacción”.
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