Comunidad de Vallenar.
La comunidad «No Dejes Apagar La Llama» de Vallenar quiere expresar su agradecimiento a la vida, abrazando con fe y esperanza estos tiempos difíciles. A pesar de los momentos de despedida y duelo que hemos enfrentado, encontramos consuelo y fortaleza en la presencia constante de Dios, quien camina a nuestro lado y al de nuestras familias en estos desafíos.
Durante este tiempo, hemos vivido una profunda transformación espiritual. Nuestra parroquia está liderada por Nury, una integrante comprometida de la comunidad, quien, como administradora parroquial, nos ha guiado junto al consejo pastoral. Después de casi dos años de catecumenado, culminamos este proceso el 24 de agosto de 2024, con la emotiva confirmación de 23 personas. Esta celebración fue un momento único, donde los que recibieron el Bautismo, la Eucaristía y la Confirmación renovaron su compromiso de formar parte activa de la comunidad cristiana, bajo el nombre de «Comunidad San Pablo».
Además, estamos viviendo una experiencia conmovedora al acompañar a una religiosa española de la congregación Misioneras de Jesús, María y José, quien ha decidido permanecer en nuestra comunidad mientras enfrenta una batalla contra el cáncer de páncreas. Su vida, marcada por el servicio, la entrega y la paz interior, es un testimonio que nos inspira a todos. Tras casi 50 años sirviendo a nuestra comunidad, su presencia es un regalo invaluable. Nos llena de orgullo también la labor en catequesis, que utiliza un material pedagógico desarrollado en la diócesis para la iniciación a la Eucaristía. Junto a los programas de preparación para el Bautismo y el Matrimonio, demostramos nuestro compromiso con la formación y el crecimiento espiritual de los nuestros.
Finalmente, nos preparamos para celebrar, el 28 de septiembre de 2024, el tercer aniversario del liderazgo de Nury como administradora parroquial. Será una ocasión especial para reunirnos en una celebración litúrgica y un encuentro fraterno. A pesar de las pruebas, seguimos siendo una comunidad vibrante, que encuentra alegría y propósito en la fe, caminando juntos como Iglesia.
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